miércoles, 12 de marzo de 2008

Cuando el Sol engulla la Tierra


La Tierra ya tiene fecha precisa de caducidad, como los yogures: 7.590 millones de años a contar desde ahora. Ese será el momento en que nuestro planeta desaparecerá tragado como una galleta por un Sol convertido en una estrella gigante roja, que perderá un tercio de su actual masa pero expandirá la restante como un globo. Engullirá a Mercurio y a Venus como aperitivo de la Tierra.

Pero los problemas empezarán mucho antes. Dentro de «sólo» mil millones de años, el Sol, que desde que se formó ha incrementado un 40% su brillo, lo habrá aumentado otro 10%. Entonces los océanos terrestres empezarán a hervir y a evaporarse como el agua de una tetera gigantesca. Y ése será sólo el principio de un largo proceso terrible. La Tierra acabará chamuscada, despedazada y, en definitiva, invivible para cualquier ser mucho antes de causar baja del Sistema Solar.

¿Se puede evitar el desastre? ... en el año 2001 Don Korycansky y Gregory Laughlin, de la Universidad de Santa Cruz en California, y Fred Adams de la Universidad de Michigan, estudiaban las posibilidades de provocar el choque ligero (y sobre todo oblicuo) de la Tierra con un cometa o con un asteroide para desviar su órbita y escapar del Sol.

El mismo Gregory Laughlin se manifiesta ahora muy reacio a correr los riesgos incluso éticos de la idea: ¿quién asume la responsabilidad de que algo salga mal y se desencadene un holocausto mucho antes de lo astronómicamente anunciado?

Extracto-resumen. Puede leer la noticia completa en:
www.abc.es

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