Si ante el escaparate de una panadería siente un deseo irresistible de abalanzarse sobre un jugoso donut de chocolate, no culpe a su falta de autocontrol. Es el cerebro el que manda, según revela un nuevo estudio científico.
En un experimento con varios sujetos a los que se había dejado comer hasta saciarse, el psiquiatra y neurólogo Marsel Mesulam comprobó que, tras un atracón, nuestro cerebro permanece impasible ante las imágenes de donuts y otros suculentos dulces. Sin embargo, después de 8 horas de ayuno, esas mismas imágenes producen una reacción inmediata de nuestro sistema límbico, la parte del cerebro más ancestral que compartimos con los reptiles.
Extracto-resumen. Puede leer la noticia completa en:
www.muyinteresante.com
miércoles, 12 de marzo de 2008
El cerebro goloso
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario