En menos de una semana se han dado a conocer dos casos sonados de falsas memorias: la de Misha Defonseca, que aseguraba haber sobrevivido al holocausto entre una manada de lobos -y los lobos no eran metafóricos-, y la de Margaret B. Jones, que describió una tortuosa infancia entre bandas y tráfico de drogas. En ninguno de los casos había siquiera un trasfondo de realidad.
No son las primeras ni las últimas con el precedente supermediático del famoso JT Leroy o los Million Little Pieces de James Frey. "La gracia de todos esos libros es que hay alguien que te dice que esa historia tan increíble es real y te va a explicar una experiencia insólita. Al fin y al cabo, es un poco la base de programas de televisión como los talk-shows o los realities. Si se vendiesen directamente como ficción, no tendrían tanto éxito"
Eso sí, parece que la idea de publicar falsas memorias es bastante atractiva para autores desconocidos. Como Defonseca o Jones, muchos escritores intentan ganarse al lector a través de historias de lo más rocambolescas que venden propias. Al fin y al cabo, si tu imaginación no tiene límites... ¿por qué los ha de tener tu vida?
Extracto-resumen. Puede leer la noticia completa en:
www.adn.es
martes, 11 de marzo de 2008
Si tu vida es aburrida, ¡invéntate otra!
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